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Friday, August 5, 2011

PABLO...NO ERES TANTO.





Me prometí que no iba a hacer comentarios sobre la visita de Pablo Milanés a Miami…pero como una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero…una fuerza mayor que yo…esa de la amistad, me lleva a dejar mi pensamiento y compartirlo con ustedes.


Tendré que comenzar haciendo el cuento...de algo que me sucedió en una visita a Mérida, Yucatán…fui a pasar mi cumpleaños con mis amistades de Mérida y como jamás conversamos de política, pues una de las razones por las cuales voy a esa maravillosa ciudad, además de amarla mucho, es para escapar de Miami…y todo eso que nos rodea diariamente.

Una de mis amigas me hizo un regalo de cumpleaños… comprar entradas para ir a ver a Pablo, que andaba de gira por México. No queriendo herir a mi amiga…acudí al teatro…claro antes de salir me senté y me di una charla a mi misma…me dije que me sentaría tranquila escucharía su música…pero jamás le aplaudiría…pues eso sería como abofetear a Cuba y a todo lo que representa los 50 años de exilio.

Fui al teatro, le escuche…no le aplaudí y me fui con un sabor bien amargo en la boca…me había fumado el tabaco que nunca pensé fumar.

Pablo y yo siendo cubanos…no teníamos nada en común…para mí era un extraño…nos separaba una ideología mayor de lo que yo pensaba...su Cuba era muy distinta a la mia...sin darle más pensamiento al asunto, nos fuimos a un restaurante y cenamos.

No hubo comentarios…ellos se dieron cuenta que no había sido de mi agrado y yo para no cargar más la situación….les di las gracias por ese regalo que me habían hecho y termino el asunto….jamás hemos vuelto a conversar sobre Pablo.

Quedo claro.

Ahora Pablo viene a cantar a Miami…viene al corazón del exilio…del exilio dolido y muchas veces ultrajado por sus cancines compuestas para la revolución…y como otras tantas veces nos quedaremos abofeteados, heridos y humillados.

Pero eso es parte de vivir en un país donde existe la democracia y todos tienen el derecho de venir y montar su show…los que no queremos oírle…no iremos…los que desean escucharle...irán.

Pero lo que si les puedo asegurar es que no estoy de acuerdo con romper discos, quemar su retrato, ni pasar una aplanadora por arriba de su música…Pablo es dueño de su sentir, de su pensar y de la música que canta…yo no la comparto y por lo tanto no voy a la Arena a verle.

Los que quieran ir a protestar que lo hagan…siempre y cuando expresen sus sentimientos de una forma correcta y digna para con los cubanos y demás etnias que viven en esta ciudad.

Lo ideal fuera dejar que la noche transcurra sin decir una palabra…que el silencio sea nuestra forma de censura…pero eso es imposible entre nosotros…que somos puro dolor, sentimiento y cubania.

Jamás me ha gustado mesclar el arte con la política…pero es Pablo el que ha puesto su arte, al servicio de la revolución, que mata a mi pueblo…que le roba la libertad y no le permite expresar lo que sienten.

Sera Pablo…el que algún día…le deba una explicación a Cuba… por cantarle al verdugo y a la tiranía.

Es una gran pena que un talento que no tenía necesidad de cantar loas a una dictadura…haya compuesto tantas canciones para abanicarla con su música.

El escogió su destino y yo el mío…nuestros caminos son paralelos…no se cruzan porque a mí no me da la gana de aplaudir, al lame botas de un dictador.

Que cante y que se vuelva a su casa de Madrid, México o La Habana…que disfrute de lo que no puede disfrutar el pueblo cubano…pero que lo haga rápido…pues a la revolución no le queda más de una canción.



...Y PASA LA NOCHE.

1 comment:

Tu amigo, el que tú sabes said...

A Cuqui, lo que es del César. Qué placer tenerte de vuelta en la blogosfera, querida amiga. Y leerte. El placer de leerte, antes que nada o primero que todo. Palabra tras palabras es el camino de vuelta. ¿Ya ves que lo lograste?

Segundo, lo primero. Es curioso. Tu Cuba y la de Pablo Milánes están en las mismas coordenadas de la geografia, pero en diferentes dimensiones de los planetas. Mi Cuba, la que fue alguna vez mi Cuba, tendría que parecerse "en algo" a la de Pablo porque él y yo coincidimos allí por muchos años. Cuando digo "en algo" me refiero también a lenguajes, metalenguajes, códigos y metacódicos, claves y metaclaves.

Sin embargo -y aquí viene lo curioso- mi Cuba, si vale el posesivo, es más la tuya que la de él. Y me explico: pienso exactamente como tú. Podría ponerle mi firma a lo que tú escribiste (pese a que ni siquiera puedo poner mi firma a este comentario y tú bien sabes por qué) ¿No te parece curioso que tú saliste de allí cuando yo no había nacido y yo, que nací allí y allí crecí, suscriba letra por letra tu opinión?

Esa podría ser la conclusión de este comentario (pese a que no pretendo llegar a conclusión alguna): que hay tantas Cubas como cubanos hay. Ay!. Y yo renuncié a la mía, como acto de desprendimiento adulto y voluntario, pero me gusta la tuya, Cuqui. Tu Cuba cosmopolita, cívica y respuetuosa. Sobre todo respetuosa. ¿Aprenderemos algún día ese don de la oportunidad? El de callar cuando toca callar y hablar cuando corresponde hablar?
"Que el silencio sea nuestra forma de censura". Me quedo con la frase. Mi regalo del día. Gracias, otra vez.